Confianza Social - Solucion #1 a la Timidez y Ansiedad Social

sábado, 8 de octubre de 2011

EL MIEDO A LA PÉRDIDA

Los niños y el duelo

Ser constantemente perseguido por la amenaza de abandono parece ser una condición auxiliar inexorable en la pérdida de la primera infancia. En las mujeres que no han completado el proceso de duelo, la amenaza se ve agravada de diversas maneras y se traduce en apatía, depresión o ansiedad.

Como se revela en el estudio de Wakerman, las mujeres que no habían llorado sus padres eran más propensas a temer que su marido fuera a morir, que las mujeres que lo habían llorado. Estos hallazgos, junto con la sabiduría profesional emergente, indican claramente que el duelo en el momento de la pérdida alivia una buena cantidad de dolor posterior. "Desde el momento que la vida comienza ...", escribe la trabajadora social Lily Pincus, "el crecimiento humano depende de la aceptación y el dominio de las pérdidas."

Muchas veces cuando el padre muere, la madre trata de enmascarar no sólo sus emociones, sino también la verdad. A pesar de todas las buenas intenciones, disfrazar la verdad es imposible. En su libro, El padre de un niño muere, Erna Furman escribe: "Los niños son tan atentos y sensibles a los estados de ánimo de sus padres y a los matices de comportamiento que, en nuestra experiencia, es imposible salvarlos de saber o engañarlos sobre la verdadera la naturaleza de los acontecimientos."

Para agravar la ausencia del padre está el sentimiento de rechazo, el abandono sin explicación, y la frustración de saber que la madre, el único padre que queda, está ocultando algo. La ansiedad no se reduce, se multiplica. "Por alguna razón, papá se ha ido, y por alguna razón, mamá, no me está diciendo todo." En lugar de una pérdida, el niño debe hacer frente a dos. La hija sin padre ha sido abandonada y obviada.

De acuerdo a las etapas del desarrollo psicosexual planteadas por Freud, los niños de entre seis y diez años de edad se encuentran en la fase de "latencia", y como tales son enérgicamente reacios a mostrar signos de vulnerabilidad. Ya no dependen de sus padres para todas sus necesidades, la preocupación primordial de los niños en esa fase, es el establecimiento de relaciones fuera de la familia nuclear. Poco a poco, ellos se van separando de los objetos de idealización anterior, luchando por lograr un equilibrio entre la familia y los compañeros, ellos y los otros, la realidad y la fantasía. 

Cuando la niña en fase de latencia se enfrenta a una pérdida traumática, debe conciliar su emergente imagen independiente con los temores infantiles que está intentando reprimir. A menudo, ella oculta sus sentimientos más vulnerables del día, escogiendo guardarlos para su mundo privado de fantasías. En efecto, la fantasía de los niños en este grupo de edad es particularmente activa, y la necesidad de privacidad o los sueños recurrentes con el padre son característicos. 

Las consecuencias de la represión del luto son numerosas. Según expresa Robert A. Furman en su ensayo titulado "La reacción del niño a la muerte en la familia," ... "Cuando una persona es incapaz de completar una tarea de duelo en la infancia puede ser perseguida constantemente a través de su vida por una tristeza para la cual nunca puede encontrar una explicación apropiada."

Más insidiosa que la depresión descripta por Furman, la pena no reconocida con frecuencia se manifiesta como un estado crónico de apatía. En casos extremos, la incapacidad para llorar puede muy bien convertirse en la incapacidad de amar. "La muerte de un padre puede tener un efecto retardado en los niños si no se les ayuda a expresar sus sentimientos al respecto. Un efecto puede ser que el niño se convierte en temeroso de amar.

El joven se preocupa de que, si él o ella se atreven a amar a otra persona, esa persona también les puede ser quitada. "Un niño que ha sufrido la muerte de uno de los padres y el abandono emocional concomitante del otro, puede permanecer fijo en un estado de desprendimiento crónico, incapaz de establecer metas o relaciones por miedo compulsivo al distanciamiento y al compromiso".

Paula, una jóven que perdió a su padre a los cinco años en un accidente de tránsito decía: "Yo entro en pánico cada vez que me permito ser totalmente dependiente. Es una lucha constante. La persona puede irse, o morir, y entonces me estaría perjudicando de nuevo. Estoy en el punto en que estoy tratando de convencerme a mí misma de que un cierto grado de dependencia no es necesariamente algo malo. Pero nunca he sido capaz de imaginarme estando en una relación que dure realmente, porque nunca pude imaginarme confiando demasiado o comprometiéndome demasiado. Es demasiado miedo".

Tal como el aislamiento autoimpuesto de Paula revela, el miedo al compromiso no se deriva sólo del miedo a ser herido de nuevo, sino también a partir de la necesidad continua de los padres que se remonta a la crisis de la infancia. La vergüenza por esta necesidad infantil, y la renuencia "a confiar en cualquier persona, hombre o mujer," han dado lugar a una fachada de indiferencia que tiene éxito en mantenerla a una distancia de la gente y, del verdadero objeto de su miedo, sus sentimientos.

Basada en la evidencia que está ahora emergiendo, y en función de una serie de variables, es evidente que las ramificaciones de la represión de duelo son profundamente de largo alcance. El duelo no resuelto puede dar lugar a la tristeza inexplicable, a la defensa contra el compromiso emocional, o la condición muy grave de negar los sentimientos por completo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

LAS SUPOSICIONES

Una buena forma de darse cuenta si la comunicación entre dos personas es buena o mala, puede ser tomando en cuenta la cantidad de suposiciones que se hacen respecto de las actitudes o conductas de la otra persona.

Si nos encontramos permanentemente suponiendo tal o cual cosa, en realidad no nos estamos comunicando adecuadamente. Por ejemplo, una esposa que no se anima a preguntarle a su marido por qué no recordó su aniversario de bodas, quizás pueda empezar a suponer que es porque él ya no la ama, o porque tal vez tiene una amante o porque es un desconsiderado.

Por otro lado, el esposo puede estar pasando una situación laboral complicada, o puede sentirse mal de salud, o tal vez recordó la fecha pero para él los aniversarios no son relevantes y por lo tanto no le dió importancia. Sin embargo eso no implica que ya no la ame, ni que tenga una amante ni que sea un desconsiderado.

La buena comunicación evita las suposiciones y es la mejor forma de llegar a un acuerdo. En el caso del ejemplo, el esposo podría decirle a su esposa que para él las fechas no son relevantes, sino que para él es más importante el amor que se construye día a día. O decirle que se olvidó porque estaba preocupado por otras cosas pero que sí es importante para él.

Además, una característica de las suposiciones, es que en general son negativas. Esta connotación negativa, hace que las personas se llenen de emociones también negativas tales como ira, rabia, angustia y dolor.  Todas perfectamente evitables si existe una buena comunicación.

El principal problema es que en general a las personas no se les enseña a comunicar las emociones lo cual provoca la represión de las mismas y el comienzo de las suposiciones con las emociones negativas asociadas a las mismas.

Cuando una persona se encuentre suponiendo algo acerca de la otra, debería sentarse un minuto a encontrar la forma de expresarle a esa persona lo que le está pasando, para poder entablar una comunicación sana e íntima. A veces ésto no es fácil de hacer y se necesita recurrir a la ayuda de un terpeuta o especialista en comunicación humana ya que las trabas a la buena comunicación en general son difíciles de superar sobre todo cuando están asociadas a los miedos.


sábado, 30 de abril de 2011

SABÍAS QUE...

La meditación trascendental es una herramienta sencilla y útil para mejorar la calidad de vida. Su práctica diaria reduce la ansiedad, retrasa el envejecimiento y elimina el estrés.No es una religión y favorece el autoconocimiento.

Se debe aprender con la ayuda de un maestro y en Uruguay se puede obtener más información en el sitio web: 
http://www.meditaciontrascendental.com.uy
LA MUERTE DEL PADRE

Los niños y el duelo

Antes de poder pasar por el proceso del duelo, lo importante es saber que alguien ha muerto. En el caso del fallecimiento de un ser amado, algunos adultos piensan que es mejor que los niños no sepan que murió y a veces no los llevan a los funerales o les dicen que la persona fallecida se fue. 

Sin embargo, los niños toman consciencia de la muerte mucho antes de lo que pensamos. Cuando ven animales muertos en las calles, insectos, pájaros y cuando ven situaciones de muerte en la televisión o en los videojuegos. 

Elyce Wakerman, en su libro Father loss cuenta su propia historia, diciendo que a ella se le informó acerca de la muerte de su padre diciéndole que "se había ido de viaje en un barco".  El resultado inmediato de ese engaño, fue que se llenara de esperanza cuando se encontraba en las proximidades de un río u océano... la esperanza de verlo volver. Lo que sucedió luego, fue que una niña mejor informada, le dijo a Elyce que su padre estaba "debajo de la tierra".

En otros casos, se les informa del fallecimiento pero no se los lleva al funeral y por lo tanto, no se realiza la despedida del ser querido. Los niños no procesan la pérdida y pueden pensar que el padre está perdido o que se fue lejos.

Joseph Palombo, una autoridad muy respetada en el tema de los efectos de la pérdida durante la infancia, ha escrito: "Tal vez no sea tanto la muerte de un padre la que termina siendo traumática, sino más bien la respuesta o la falta de empatía del padre sobreviviente en la comunicación de la noticia al niño." En el estudio realizado por Wakerman, sobre los efectos de la pérdida del padre en las mujeres, el 75 por ciento de aquellas cuyos padres murieron, dijeron que fueron disuadidas de expresar sus sentimientos en el momento de la muerte.

"Yo nunca lloré por mi padre" es una expresión típica de las mujeres que han perdido a su padre a edad temprana. El duelo reprimido, una condición dañina en cualquier persona, es sin embargo un aspecto vital de la mentalidad de la hija sin padre, algo que demanda especial atención cuando se considera a la mujer en que se ha convertido, ya que la ausencia de sentimiento en el momento de la pérdida contribuye al sentimiento de ausencia durante toda su vida. 

En la mayoría de los casos, pueden pasar muchos años hasta que se realice el duelo. Margarita, quien perdió a su padre a los nueve años de edad, tardó más de 20 años en dejar ir a su padre. Ella cuenta que cuando su madre le dijo que su padre había muerto, su hermano, que era cuatro años mayor que ella comenzó a llorar, pero que ella no sentía nada en ese momento. No tenía ganas de llorar.

Otro sentimiento muy común que experimentan los niños cuyo padre ha fallecido, es la vergüenza por la muerte, sobre todo frente a otros niños. Esa vergüenza lleva también a reprimir los sentimientos para no mostrarse vulnerable frente a los demás, y también como mecanismo de negación.

Cuando muere el padre, la vida de la casa cambia drásticamente. Las rutinas se alteran, y las personas también. Cuando hay niños pequeños, muchas veces se da que los abuelos o los tíos, pasan a tener un papel más importante para ayudar en la crianza de los mismos. Cuando a su vez, se agrega el hecho de que la mamá tiene que salir a trabajar para mantener a sus hijos, la pérdida es doble. Mamá también se va, cediendo su espacio a la abuela o las niñeras.

Algo que la muerte produce comúnmente es que las personas que quedan, se dividen, se separan. El dolor de la muerte y la incapacidad de exteriorizar los sentimientos, produce un bloqueo de los mismos que termina haciendo que cada uno esconda los sentimientos al otro. Las madres suelen reprimir el llanto desconsolado enfrente de sus hijos por temor a que ellos se sientan mal o se asusten. Sin embargo, romper a llorar frente a ellos y llorar todos juntos es sumamente positivo y liberador.

El bloqueo produce aislamiento y tal como lo describe Wakerman, la mayoría de las mujeres de su estudio recibieron el mensaje de que los sentimientos era mejor reservarlos para los momentos privados. El ocultamiento prolongado de las emociones, llega a crear un sentimiento de separación de los miembros de la familia que continúa en la edad adulta, para impartir un sentimiento de separación también de otras personas. 

El 72 por ciento de las mujeres de su estudio cuyos padres murieron, se describieron como "introspectivas y sumamente reservadas". Sin embargo, las mujeres de padres divorciados y de hogares intactos, y las que habían llorado la muerte de sus padres, no estaban ni cerca de pasar mucho tiempo consigo mismas.

La represión del duelo suele producir, tal como lo explican Janet C. Newman y Jeffrey S. Schwam en su artículo titulado "El niño sin padre", el desarrollo de una empatía especial para con otras personas que también han sostenido pérdidas. En presencia de las necesidades de otras personas, se encuentra mayor facilidad para acercarse a las suyas.

Cuando el duelo no se realiza, la sombra del padre acompaña la vida de la hija siempre, incapacitándola para vivir con intensidad sus sentimientos y su vida. La capacidad de vivir y sentir se disminuye en muchos niveles y a menudo se experimenta depresión. No se siente alegría ni diversión. Simplemente se sobrevive.

Cuando finalmente se logra llorar la muerte, lo cual se facilita con la terapia y con la meditación, la experiencia puede ser muy movilizadora. Se produce un insight, un darse cuenta de que nunca se lloró por la muerte, y el sentimiento de angustia provoca la salida del llanto reprimido asociándose también a una conmoción física que puede producir dolor en el pecho o en el estómago.

La hija que ha logrado realizar el duelo, experimenta una sensación de libertad, ya no siente que su padre muerto está condicionando su vida y por fin logra disfrutar de la misma siendo libre para amar a quienes viven. No necesita más ocultarse del mundo ni ocultar sus sentimientos.


domingo, 13 de marzo de 2011

SABIAS QUE...

Las relaciones de pareja, al igual que otras relaciones, pasan por diferentes ciclos que pueden resumirse en la siguiente sigla:

EVARDUR

E: Enamoramiento: es la primera etapa de una relación, donde todo es maravilloso. Es una etapa de ilusión, donde se proyectan en el otro, los aspectos positivos de uno mismo.
V: Valoración: es la siguiente etapa e implica la valoración de los aspectos positivos del otro.
A: Acostumbramiento: en esta etapa, se produce un acostumbramiento a los aspectos positivos. Desaparece la ilusión. Se ve al otro como realmente es, y esto da paso a la siguiente etapa.
R: Rechazo: en esta etapa, empezamos a ver en el otro sus defectos o sus aspectos negativos, que al igual que en la etapa del enamoramiento,  son nuestros propios aspectos negativos proyectados en el otro, lo cual genera rechazo.
D: Desilusión: aquí se cae en la desilusión al pensar que el otro no es como tan maravilloso como parecía al principio.
U: Umbral: es cuando se llega al umbral de la relación, a un punto en el cual se piensa en la separación.
R: Reorientación: en la última etapa pueden darse dos situaciones. Por un lado, se puede decidir terminar con la relación o, por otra parte, se puede aceptar que el otro tiene aspectos positivos y aspectos negativos y continuar con la relación. En este último caso se reinicia el ciclo desde el enamoramiento, con la misma persona. En el caso de ruptura, se reinicia el ciclo pero con una persona diferente.

Esto es muy bueno tenerlo en cuenta cuando se empieza una relación, y sobre todo para aquellas personas que piensan que la relación de pareja es de un eterno enamoramiento. En realidad, éste es solo una etapa de la relación, y la realidad demuestra que las parejas que tienen una relación duradera, en general se aceptan y se aman con todos sus aspectos, los buenos y los no tan buenos también.

viernes, 11 de marzo de 2011

Había una vez un príncipe que vivía en un palacio y poseía todo lo que deseara tener, como corresponde a todo príncipe de cuento. En la mañana de esta historia, se ve pasar a un mendigo pidiendo limosna con un platillo. El príncipe lo manda llamar e intenta tirar algunas monedas en su extraña escudilla amarillenta. Pero el mendigo lo detiene y le dice:  

-Perdona, señor, tú eres el hombre más rico del mundo; si de verdad quieres darme una limosna, y te confieso que no estás obligado, dame suficiente para llenar mi plato. No me des dinero si no quieres, dame comida o basura, pero dame tanto como para colmar mi escudilla. Si no quieres o no puedes hacerlo, preferiría que aguardes al próximo mendigo para complacer la caridad de esta mañana. El príncipe se sorprende, está tentado de echarlo a patadas, pero piensa que quizás el pordiosero tenga algo de razón. Si un príncipe no puede dejar satisfecho a un mendigo, quién lo haría.

El poderoso palmea las manos y aparecen dos sirvientes con una bandeja repleta de bolsitas de cuero llenas de monedas. Sin decir una palabra, el príncipe comienza a echar las monedas en el platillo y ve con sorpresa como desaparecen inmediatamente en el fondo del recipiente. No puede creer lo que sucede, pero unos segundos después de haber echado las últimas monedas, el platillo está tan vacío como cuando el mendigo llegó.
El soberano llama a su consejero y al poco rato es traído un arcón lleno de valiosas joyas de todas partes del mundo.
Al principio de a puñados, y luego con la ayuda de los sirvientes, todos echan alhajas en la escudilla para conseguir llenarla aunque sea por un instante... pero no hay caso, el fondo amarillento parece tragarse instantáneamente todo lo que cae.

Fastidiado, el príncipe manda a traer fuentes llenas de comida y lo mismo vuelve a suceder, el plato permanece tan vacío como siempre
Derrotado el soberano, detiene a los sirvientes que ahora a un tiempo siguen echando infructuosamente panes y frutas en la escudilla.

- Me has vencido - dice el príncipe - Yo, el más poderoso de los hombres, no puedo llenar el plato de un mendigo.
Aprenderé esta lección de humildad... Por favor, quédate a comer conmigo y cuéntame de dónde sacaste esta escudilla mágica que nunca se llena. 

- Meses atrás - responde el mendigo - mi viejo plato de madera se rompió. 
Buscando un tronco caído para tallar una nueva escudilla, me crucé una noche con un cadáver tirado al costado del camino. Los animales habían devorado la carne del pobre desgraciado y sólo quedaba el esqueleto pelado. Seguro de que no dañaría a nadie, conseguí prestada una sierra de unos granjeros y corté la parte superior de su cráneo. La lavé y desde entonces la uso como platillo. Lo que has visto, príncipe, no es magia, lo que sucede es que este cráneo conserva todavía algunas propiedades que tenía cuando era parte de la cabeza del hombre; y la cabeza, majestad, siempre es insaciable.
Fuente: Bucay, Jorge - "El camino de la felicidad" - 9a ed. - Buenos Aires

miércoles, 2 de marzo de 2011

SABIAS QUE...

En la comunicación las palabras solamente constituyen el 7% del total de la misma? El restante 93% corresponde al tono de voz y los gestos corporales. De este 93%, 55% se le atribuye a los gestos y 38% al tono de la voz.
SABIAS QUE...

En Uruguay existen grupos de recuperación de amar demasiado? Se identifican con la sigla AAVE que significa Adictas Anónimas a los Vínculos Emocionales y se reúnen en varios lugares de Montevideo ayudando a recuperarse a muchas mujeres que se acercan allí.

Los grupos y horarios son los siguientes:

Lunes: Sede de Adeom, Canelones 1330 -hora: 19:30
Sábados: Parroquia del Cordón, Colonia 1536 - hora: 17:30

Para comunicarte con AAVE, el teléfono es: 2575 2229
SABIAS QUE...

Entre los cero y los 7 años de edad se define la personalidad del niño? Las experiencias y situaciones vividas en ese rango de edad determinarán su conducta en la edad adulta. A este período se le conoce con el nombre de período de impronta.

Las distintas corrientes psicológicas utilizan varias herramientas para acceder a este período de tiempo, y así modificar las emociones vividas en esa etapa mejorando las conductas de los adultos.

SABIAS QUE...
En una relación de pareja bastan solo 3 meses para saber como está planteada? Los expertos dicen que este tiempo es más que suficiente para saber si los involucrados tienen interés en algo más trascendente o si no hay interés en que perdure. 

miércoles, 26 de enero de 2011

La palabra PERO en las oraciones.

¿Alguna vez te has preguntado que función cumple en nuestras oraciones cotidianas?

La palabra "pero", la usamos muchísimo, a veces sin reparar en cuál es su significado. Cuando decimos por ejemplo: "Te entiendo, pero me parece que no es así." El "pero" en las oraciones anula lo que decimos en la primera parte de la oración. En el ejemplo que dimos, la persona en realidad no entiende a la otra, sino que predomina su propia opinión.

Para una comunicación efectiva, es importante tener en cuenta esto, ya que sabiendo su significado, podemos cambiar la frase diciendo así: "Te entiendo, y además en mi opinión no es así." El "pero" anula, el "además" complementa o integra la opinión del otro.

En una oración donde tu pareja te dice: "Te amo, pero no estoy seguro de querer estar contigo"... umm cuidado! Puede ser que en realidad no te quiera y no se anima a decirlo de frente. Predomina la duda sobre el sentimiento que se está expresando.

PRESENTACIÓN

CRECER SIN PADRE es un espacio virtual dedicado a las hijas que por alguna razón (muerte, divorcio o abandono) han perdido a sus padres a una edad temprana.
 
Este grupo de mujeres viene en notorio crecimiento debido al aumento de las mujeres que deciden ser madres solas, al abandono del hogar por parte del esposo o a la muerte del mismo.
 
¿Qué es exactamente lo que los padres le aportan a sus hijas? ¿Cómo es la relación padre-hija? Un buen padre suele ser un puntal que permite a las hijas lograr confianza en su feminidad y en su capacidad para lograr cosas, lo cual le permite reconocer y desarrollar los diversos aspectos de sí misma.
 
Es probable que las hijas sin padre experimenten confusión emocional y dificultades en las relaciones amorosas, dos características que parecen acompañar a la pérdida del padre.
 
En este espacio no solo se van a tratar las consecuencias de la pérdida del padre, sino también otros temas que pueden o no estar relacionados con dicha pérdida, y que son el miedo al compromiso, amar demasiado, la comunicación, la autoestima, los valores, entre otros.

lunes, 24 de enero de 2011

LA COMUNICACION INTIMA

Me gustaría empezar a hablar sobre este tema con una frase:

"La comunicación es a una relación, como la respiración es a la vida"

Sin respiración, no es posible la vida, y sin comunicación no es posible una relación. La vida se extingue... la relación se acaba...

Cuando hablamos de comunicación, no nos referimos a hablar de temas superficiales o cotidianos, sino a comunicarnos desde la intimidad, desde los sentimientos, desde lo que nos pasa, desde lo que queremos, desde lo que nos asusta, etc.

Hablar, se puede hablar mucho, se puede hablar del tiempo, de los vecinos, de las noticias, pero comunicarse, es otra cosa.

Comunicarse vuelve, al que lo hace, vulnerable, porque al comunicar sus sentimientos, queda expuesto tal como es, deja sus sentimientos a flor de piel, por eso, comunicarse puede asustar, pero quien lo hace también se libera, queda satisfecho por haber expresado lo que sentía.

El principal motivo de la falta de comunicación, tiene que ver con el miedo. Miedo a que pensará el otro, miedo a parecer débiles, miedo a la crítica o la burla, e incluso, miedo al abandono. Por eso la falta de comunicación es una de las características de las personas con miedo al compromiso.

Cuantas veces nos invitan a ir a algún lado y en vez de decir simplemente "gracias pero no tengo ganas de ir" inventamos excusas absurdas como "no tengo con quien dejar a los niños" o "viene una amiga y no puedo ir".

El miedo a comunicar lo que sentimos también se puede ver en las mujeres que no dicen lo que les pasa a su pareja, por miedo a ser abandonadas. Dicen que todo está bien y por dentro están devastadas. En esos casos, el miedo lleva las riendas.

Hablar desde el corazón o desde la intimidad, no solo es liberador, sino que también ahorra mucho tiempo y esfuerzo. Si una mujer que no está satisfecha con la forma en la cual está planteada su relación, lo dijera desde el principio, ahorraría tiempo, esfuerzo, y dolores de cabeza. Y no solo eso, se daría la oportunidad de empezar una relación como la que desea, con otra persona

El problema es que esto es muy fácil de decir, pero no es fácil de hacer, sobre todo si hay miedo al compromiso o al abandono sin resolver.

La receta infalible para poder comunicarse íntimamente es la AUTOESTIMA. Con autoestima no tenemos miedo a mostrarnos como somos, ni a decir lo que sentimos ni lo que pensamos. Nos mostramos tal cual somos sin importar la opinión de los demás.

Con autoestima nos hacemos tolerantes a la desaprobación de los demás. Sabemos que no podemos agradarle a todo el mundo y aceptamos con tranquilidad el hecho de que podemos no ser agradables a los ojos de los demás.

sábado, 22 de enero de 2011

AMAR DEMASIADO

En lo que refiere al tema de amar demasiado, no podemos dejar de mencionar a Robin Norwood quien es la pionera en este tema y sobre cuyo libro "Mujeres que aman demasiado" se basará la mayor parte de lo que se exponga aquí.

Si bien se puede discrepar con el nombre de este problema, en el sentido de que se trata más de una obsesión o una adicción, que de amor,  crecer sin padre también puede desencadenar en un caso de amar demasiado debido entre otras cosas al intercambio de roles que suele acompañar a una familia "desarmada".

Al igual que en el miedo al compromiso, detrás de esta "obsesión" se encuentra el miedo. Las mujeres que aman de forma obsesiva en general están aterradas, tienen miedo a estar solas, a no ser dignas, a no inspirar cariño, a ser ignoradas, abandonadas o destruidas.

Amar demasiado, a diferencia del miedo al compromiso, tiende a ser un patrimonio femenino, aunque también podemos encontrar hombres que aman demasiado. Pero ellos en general tienden a obsesionarse con el trabajo, los deportes y los hobbies y no tanto con las relaciones.

Mujeres que aman demasiado, de Robin Norwood, hace que las mujeres miremos hacia nuestro interior. El enfoque implica realizar una revisión de nuestros modelos de comportamiento y de nuestras experiencias infantiles con las principales figuras de nuestra infancia, vale decir, padre, madre, tíos, cuidadores, etc.

Según ella, reproducimos en nuestras relaciones, los mismos comportamientos que aprendimos en nuestros primeros años de vida y por lo tanto, si las experiencias de esos años no fueron muy gratificantes, o asumimos roles que no nos correspondían, dichos roles y experiencias, se reproducen en las relaciones que establecemos en la vida adulta.

Dice Norwood, "Nadie se convierte en una mujer así, una mujer que ama demasiado, por casualidad. Crecer como miembro femenino de esta sociedad y en una familia así puede generar algunos patrones previsibles." E introduce el concepto de hogar disfuncional y enumera sus principales rasgos como los siguientes:
  • Abuso de alcohol y/o drogas (prescriptas o ilegales).
  • Conducta compulsiva como, por ejemplo, una forma compulsiva de comer, de trabajar, limpiar, jugar, gastar, hacer dieta, hacer gimnasia, etc.; estas prácticas son conductas adictivas, además de procesos de enfermedad progresivos. Entre muchos de sus efectos, alteran y evitan el contacto sincero y la intimidad de la familia.
  • Maltrato del cónyuge y/o de los hijos.
  • Conducta sexual inapropiada por parte de uno de los progenitores para con un hijo o hija, desde seducción hasta incesto.
  • Discusiones y tensiones constantes.
  • Lapsos prolongados en que los padres se rehúsan a hablarse.
  • Padres que tienen actitudes o principios opuestos o que exhiben conductas contradictorias que compiten por la lealtad de los hijos.
  • Padres que compiten entre sí o con sus hijos.
  • Uno de los progenitores no puede relacionarse con los demás miembros de la familia y por eso les evita activamente, al tiempo que les culpa por esa efusividad.
  • Rigidez extrema con respecto al dinero, la religión, el trabajo, el uso del tiempo, las demostraciones de afecto, el sexo, la televisión, el trabajo de la casa, los deportes, la política, etc. Una obsesión por alguno de estos temas puede impedir el contacto y la intimidad, porque el énfasis no se coloca en relacionarse sino en acatar las reglas.
Si uno de los progenitores tiene alguno de estos tipos de conducta u obsesiones, resulta perjudicial para el hijo. Si ambos padres están atrapados en alguna de esas prácticas nocivas, los resultados pueden ser más perjudiciales aún.

Norwood, sin embargo, plantea una serie de pasos para lograr la recuperación y así pasar de ser una mujer que ama a alguien con tal intensidad que resulta doloroso, a ser una mujer que se ama a sí misma lo suficiente como para detener el dolor. 

Al igual que para superar otros problemas, la AUTOESTIMA cumple un papel relevante en la recuperación. A su vez, hay varias fases en la recuperación de amar demasiado:
  • La primera fase comienza cuando comprendemos lo que estamos haciendo y deseamos poder detenernos.
  • La segunda fase se caracteriza por la voluntad de obtener ayuda para nosotras mismas, seguida de nuestro intento inicial de buscar ayuda.
  • Luego viene la fase de recuperación que requiere un compromiso con la curación y la voluntad de continuar con el programa de recuperación. Durante esta fase, empieza a cambiar la forma de actuar, de pensar y de sentir. Lo que una vez nos pareció normal, comienza a parecernos incómodo e insalubre.
  • La siguiente fase se caracteriza por tomar decisiones que ya no siguen los viejos patrones, sino que realzan la vida y promueven el bienestar.
"En todas las etapas de la recuperación, el amor propio crece lenta pero firmemente. Primero dejamos de odiarnos; luego nos volvemos más tolerantes con nosotras mismas. Más tarde hay una incipiente apreciación de nuestras cualidades, y luego se desarrolla la autoaceptación. Finalmente, evoluciona el genuino amor propio."



viernes, 21 de enero de 2011

EL MIEDO AL COMPROMISO

"Contigo pero sin ti" suele ser la frase con la cual se identifica este miedo que suele afectar tanto a hombres como a mujeres. Si bien tradicionalmente este miedo, parece ser patrimonio exclusivo de los hombres, también podemos encontrar mujeres con este problema.

Quienes padecen este miedo en general son capaces de conquistar a una pareja pero se desvinculan luego de un tiempo. Detrás de este problema, lo que en general se encuentra en realidad, es un miedo a la entrega, al amor y sus consecuencias. La forma de comportarse sobre todo al principio de la relación, puede variar entre el desinterés, ya que no llaman a su pareja, no le exigen casi nada y solo se limitan a esperar, hasta huir de cualquier acercamiento familiar que se le proponga.

La entrega hacia su pareja es muy problemática y puede que nunca se concrete, puede que la pareja dure mucho tiempo pero nunca se da una entrega verdadera. En realidad el miedo al compromiso encierra un temor al abandono, a las pérdidas, a resultar heridos, y en general se percibe como un miedo a la invasión.

Todos estos miedos hacen que la persona que los sufre, prefiera la soledad para evitar el sufrimiento que ellos le provocan. La sensación de agobio que generan los mismos, produce mucha ansiedad, lo cual hace que cuando se deja la relación, se experimente un gran alivio.

En general las relaciones se perciben como negativas, ya que alteran la vida de la persona y el dejarlas produce bienestar. En algunos casos, el efecto que se produce durante la relación, es el de tener una radio en la mente, un ruido permanente producido por un diálogo interno negativo con respecto a la relación, el cual se apaga únicamente volviendo a la soledad.

Los cambios que produce una relación, activan los miedos y el no saber como reconocerlos ni manejarlos genera la huida de la relación. Este punto es muy importante para poder superar este miedo, ya que al reconocer los síntomas, los mismos dejan de ser desconocidos y al ser reconocidos, se pueden manejar de forma que no incapacite a la persona para llevar adelante una relación.

Las principales características del miedo al compromiso son las siguientes:
  • Se tiende a desvalorizar a la pareja en sus aspectos personales, ésta no constituye sus ideales. Quien tiene todas las fallas es la pareja y no uno mismo. Esto hace que se sienta que ninguna persona es la adecuada y se fantasea con que otra persona sí cumpliría sus expectativas.
  • Como consecuencia del punto anterior, el nivel de exigencia sobre como debe ser la pareja es muy alto.
  • Se suelen tener pensamientos negativos con respecto al futuro y a como sería la vida juntos y los problemas a enfrentar, sin fundamento crítico.
  • En general se presenta dificultad para expresar los sentimientos y emociones lo cual genera problemas de comunicación. En general no existe la comunicación íntima y franca, debido al miedo a la crítica.
  • Quienes padecen este miedo tienden a querer controlar todo, lo cual se facilita en soledad pero es muy difícil viviendo en pareja. Por eso se evitan relaciones con personas que no se puedan controlar.
  • En general son personas que para el exterior son ideales ya que por lo general son atractivas y enigmáticas.
  • Son personas a las cuales les resulta difícil buscar ayuda mediante una psicoterapia.
  • Son personas exigentes para compartir, dar y recibir. Esperan recibir más de lo que dan.
  • Piensan que es el otro el que debe cambiar y no ellos mismos. Cuando una relación entra en dificultades, consideran que no son ellos los que tienen que cambiar.
  • En general se dan parejas en donde uno siente temor al abandono y el otro a la invasión, lo cual provoca que ambos generen conductas que se retroalimentan a si mismas.
  • Se tiene la sensación de que se pierde más estando en pareja de lo que se gana.
Este miedo puede estar presente en parejas que tienen un vínculo a distancia, en personas que estando casadas no comparten casi ninguna actividad con su pareja, en personas que en reiteradas ocasiones se vinculan con personas que de antemano no cumplen con sus expectativas o en aquellas personas que estando en un vínculo estable cometen algún acto que provoca la ruptura o separación, como por ejemplo, una infidelidad.

Vistos por un tercero, parecen personas que quieren dañar al otro, pero en realidad es una problemática interna basada en las dificultades de apego con las figuras parentales. Muchas veces hubo también una educación muy rígida, con principios morales estrictos o padres sobreprotectores.

Si bien el miedo al abandono puede originarse por otros motivos que no necesariamente tienen que ver con la pérdida del padre, la misma en general refuerza o potencia dicho miedo. Sobre todo en edades tempranas, en las cuales la niña no logra discernir con claridad que es lo que está sucediendo, la pérdida del padre se vive como un abandono a pesar de que la misma se produzca por fallecimiento. Es por eso que este miedo también puede encontrarse presente en hijas que crecieron sin su padre.
¿CUALES SON LAS FORMAS DE SUPERAR O MEJORAR EL MIEDO AL COMPROMISO?

En realidad, nunca se supera completamente pero se puede aprender a vivir con él , reconociendo los síntomas y enfrentándolos. Dejando de mirar al otro y enfocándose en uno mismo, lo cual implica reconocer y asumir que el problema es uno y no el otro. 

Lo ideal es recurrir a un terapeuta que pueda ayudar a reconocer los síntomas pero en términos generales, algunas soluciones pasar por lo siguiente:
  • Afrontar el problema entendiendo que romper la relación no es la solución al problema. El miedo al compromiso volverá a estar presente en las siguientes relaciones hasta tanto no se aborde un tratamiento adecuado para poder afrontarlo.
  • Expresar nuestras inseguridades y reconocer nuestras vulnerabilidades, no confundiendo vulnerabilidad con debilidad.
  • Fomentar la autocrítica. Conocernos a nosotros mismos, reconocer nuestras reacciones ante distintos estímulos externos.
  • Mejorar la autoestima logrando una valoración de si mismos para poder entrar en acción y tomar las decisiones adecuadas.
  • Regularizar la necesidad de controlarlo todo, de tener certeza de todo lo que va a suceder.
  • Tratar de desarticular los pensamientos contradictorios para evitar los conflictos internos.
  • Permitirse ser ellos mismos, pensar y sentir con mayor libertad.
  • Desmontar prejuicios acerca del otro, de la sexualidad, entre otros.
  • Buscar en la historia familiar la forma de apego que hubo con los padres. Para eso podemos citar la teoría de J. Bowlby, H. Harlow y M. Ainsworth.
  • Aprender a vivir con esta forma de vínculo y aprender nuevas estrategias para superar los miedos.
  • Responsabilizarse de las decisiones.

miércoles, 5 de enero de 2011

La pérdida del padre, es un hecho que moldea la vida de las niñas y sus futuras relaciones. Cuando el padre no está presente, permanece como "perfecto y que todo lo da", un rol muy difícil de llevar a cabo por otro hombre. Las hijas que crecen con padres, tienen la ventaja de vislumbrar lo que es un ser humano común en los hombres. Esto sin embargo, es muy dificultoso para las hijas sin padre ya que ellas idealizan a los mismos y mantienen una imagen de "papá" extraída de la fantasía.

Para analizar este tema, haremos referencia al estudio realizado por Elyce Wakerman en su libro "Father loss". El mismo realiza una exhaustiva investigación sobre mujeres que habían perdido a sus padres a consecuencia de muerte, divorcio o abandono.

¿Qué es exactamente lo que los padres le aportan a sus hijas? ¿Cómo es la relación padre-hija? Un buen padre suele ser un puntal que permite a las hijas lograr confianza en su feminidad y en su capacidad para lograr cosas, lo cual le permite reconocer y desarrollar los diversos aspectos de sí misma.

Los psicoanalistas, desde la época de Freud hasta ahora, reconfirman la importancia del padre en la formación de la identidad femenina de sus hijas. El padre es reconocido como el principal factor en la confianza de su hija en su feminidad. Estudios recientes destacan que una de las principales contribuciones del padre para el desarrollo de sus hijos, está en el área de la identidad de género. Él, más que la madre, es capaz de diferenciar sus expectativas, actitudes, actividades, y reacciones hacia sus hijos de acuerdo a su sexo.

Esto lleva a concluir que una parte fundamental del desarrollo del rol sexual de la niña, parece ser la positiva aceptación de si misma como una mujer. La particular relación del padre con su hija, parece muy importante para el desarrollo de su rol sexual. El padre puede fomentar la creación de una identidad femenina positiva, al tratarla como una mujer y animarla a comportarse de formas que son consideradas femeninas en la sociedad.

La imagen de la mujer como suave, atractiva, receptiva, cálida y comprensiva - una imagen creada y sostenida por la sociedad patriarcal - resulta ser engendrada, acertadamente, por nuestros padres.

Mientras que la madre puede servir como modelo de feminidad, es el padre el que motiva a la hija a imitar la conducta femenina. Para complacer a papá - el primer hombre que aman - las niñas tienen un interés profundo en el logro y perfeccionamiento de la noción socialmente aprobada de lo que significa ser mujer.

El aliento del padre por sus cualidades femeninas, naturalmente, influirá en la confianza de su hija con los hombres. La insinuante afirmación de su atractivo por parte del padre,  le dará un sentido seguro de su progreso en el ámbito femenino.

La psicóloga Marjorie Leonard escribe: "no es suficiente que la madre esté disponible para su identificación. La niña también necesita la seguridad de que su padre la ve como una mujer incipiente, para que pueda tener confianza en que los hombres de su misma edad también la aceptarán."

El pensamiento psicoanalítico parece unido en su creencia de que el padre es la fuerza fundamental en la conformación de la identidad de su hija como una persona del sexo femenino. Como el primer hombre a ser atraído por sus encantos, su presencia es determinante en su posterior confianza como mujer.

Por ello es crucial para el desarrollo de la niña, el hecho de si su padre está a su disposición  o no como objeto de amor, y si es capaz o no de ofrecerle su cariño. 

Desde sus primeros días, las actitudes y expectativas de las niñas están siendo moldeadas por su padre. Debido a la fuerte posición que ocupa en su corazón, él más que nadie, está sutilmente transmitiendo el conocimiento de quién ella será.

PRESENTACION

CRECER SIN PADRE es un espacio virtual dedicado a las hijas que por alguna razón (muerte, divorcio o abandono) han perdido a sus padres a una edad temprana.
Este grupo de mujeres viene en notorio crecimiento debido al aumento de las mujeres que deciden ser madres solas, al abandono del hogar por parte del esposo o a la muerte del mismo.
¿Qué es exactamente lo que los padres le aportan a sus hijas? ¿Cómo es la relación padre-hija? Un buen padre suele ser un puntal que permite a las hijas lograr confianza en su feminidad y en su capacidad para lograr cosas, lo cual le permite reconocer y desarrollar los diversos aspectos de sí misma.
Es probable que las hijas sin padre experimenten confusión emocional y dificultades en las relaciones amorosas, dos características que parecen acompañar a la pérdida del padre.
En este espacio no solo se van a tratar las consecuencias de la pérdida del padre, sino también otros temas que pueden o no estar relacionados con dicha pérdida, y que son el miedo al compromiso, amar demasiado, la comunicación, la autoestima, los valores, entre otros.