Según Steven Carter y Julia Sokol, el miedo al compromiso o la fobia al compromiso se manifiesta de dos formas diferentes. Una forma ACTIVA y una forma PASIVA.
Cuando una persona manifiesta una fobia al compromiso en la forma ACTIVA, puede decirse que es más consciente de su problema respecto a una persona que manifiesta una forma PASIVA. Las personas que afirman conscientemente que no desean comprometerse con nadie y que aman su libertad, son las que en general presentan una fobia de tipo activo. En general se involucran en relaciones fugaces y se caracterizan por ser infieles.
Por otro lado, en el caso de las personas con fobia al compromiso de tipo pasivo, es mucho más difícil darse cuenta del problema. En general son personas que afirman que desean comprometerse pero siempre se involucran en relaciones conflictivas y en general muy difíciles de concretar.
En la fobia al compromiso de tipo pasivo predomina mucho más la fantasía que la realidad y en general estas personas son fieles a relaciones en las cuales es evidente desde un principio, que no funcionarán. Estas personas pasan mucho tiempo fanstaseando sobre como sería la relación si la persona hiciera esto o aquello y hacen caso omiso a las señales que indican que la relación jamás funcionará.
El caso típico de la fobia al compromiso en la forma pasiva, es cuando quien padece la fobia, se involucra con una persona que ya tiene un compromiso con otra y espera o cree que la situación cambiará. En este caso el compromiso es con la fantasía de como puede llegar a ser la relación y no con la relación en si misma.
Al involucrarse en relaciones conflictivas, el fóbico de tipo pasivo se asegura jamás comprometerse y siempre le parece que el problema es la otra persona y no él mismo. Obviamente todo este proceso se produce de forma inconsciente, el fóbico no se da cuenta de lo que le sucede y sufre por su "mala suerte".
Muchas veces se requiere terapia sicológica para lograr traer a la consciencia este tipo de fobia pasiva, ya que por si solo, el paciente no logra darse cuenta. Muchas veces el diagnóstico acertado produce la toma de consciencia y por lo tanto comienza el proceso de darse cuenta del problema y encargarse de él para dejar de sufrir.
Si bien la fobia al compromiso nunca se va completamente, la toma de consciencia facilita el manejo de la misma y un profesional especializado puede brindarle al paciente herramientas adecuadas para facilitar el dominio del miedo a encarar una relación comprometida.
El fóbico al compromiso se asusta con la idea de que algo sea "para siempre", por lo tanto una forma muy efectiva de enfrentar el miedo es vivir la relación amorosa día a día. Hacer planes a muy largo plazo o pensar en vivir con alguien para toda la vida, puede asustarlo de tal forma que huya despavorido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario